Con el paso de los días, la ciudad, o al menos, en la parte que yo observo, se consolida el tipo de transeúnte, los objetos que lleva y las actividades profesionales más comunes, como digo, desde este púlpito de una octava planta donde me encuentro.
Son 37 días, observando y fotografiando. Sé que es una lata contar, lo dicen los psicólogos. Los primeros cinco días, fueron de adaptación y/o asimilación.
Prolifera, especialmente por la mañana, el mensajero-repartidor, así como los servicios en las comunidades de limpieza, desinfección y mantenimiento, reparaciones, etc.
Creo que es de agradecer que vivamos en esta parte del planeta, donde existe una organización y concienciación de la sociedad que nos permite llevar este confinamiento mejor que en otras partes del mundo. Decididamente pienso, que a estas alturas, hemos superado con creces, en inteligencia y gestión, a los políticos de todos los niveles e ideologías. A tod@s (con alguna excepción), les ha venido muy grande este traje modelo covid que les llegó con aviso.
Esperando cliente |
Para evadirnos, temporalmente, mira y escucha esta versión de Un compromiso. Si puede ser en pantalla grande y con buen sonido, mejor. Te gustará.
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